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sábado, 17 de agosto de 2024

     EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Convento de Santo Domingo (Oviedo)

Sábado, 17 de agosto de 2024


 Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban.

Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».

Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra de Dios.

 

 Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder”

Los exégetas, los estudiosos de la Biblia, conocen este capítulo de Ezequiel como el de la “responsabilidad personal”. Hay que situarse en la época en que el pueblo judío está viviendo en el exilio. Una opinión bastante extendida es que esa situación era un castigo divino ante el gran pecado del pueblo de irse detrás de otros dioses, dando la espalda a Yahvé, su Dios. “Los padres comieron agrazones y los hijos tuvieron dentera”.

 Ezequiel, junto con muchos del pueblo judío, va en contra de esta opinión, que no les parece justa. De una manera clara apela al principio de la responsabilidad personal, algo ya defendido por otros profetas. “Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder, casa de Israel, oráculo del Señor”. Y añade la postura de Dios que busca siempre que sus seguidores vivan y no mueran y perezcan en el castigo, y les invita a la conversión de su mala conducta: “convertíos y vivid. Yo no me complazco en la muerte de nadie”.

 

“De los que son como ellos es el Reino de los cielos”

En más de una ocasión, Jesús relacionó el reino de los cielos con los niños. Lo vemos en el evangelio de hoy: “de los que son como ellos es el Reino de los cielos”, a lo que podemos añadir “en verdad os digo, si no os volviereis y os hicieseis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.

 Intentado buscar por qué en esta predilección de Jesús por los niños, quizás quiera resaltar dos de las características positivas más típicas de los niños, como son su ingenuidad y su confianza.

 Lo que resalta, sobre todo, en la relación de los niños con sus padres, es que se creen todo lo que ellos les dicen, y viven con la seguridad de que estando con ellos no les puede pasar nada malo porque saben que sus padres les quieres y buscan siempre su bien.

 Pues esa ingenuidad y confianza es la que nos pide Jesús para aceptar a nuestro Dios como nuestro Rey y nuestro Padre. Con la ingenuidad y confianza de niños debemos creemos todo lo que Él y su Hijo Jesús nos dicen y prometen. Estamos en buenas manos, en las manos amorosas de nuestro Padre Dios. 

 

 

 

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