EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA.
FRAY MANUEL DÍAZ BUIZA, ofm
Saber discernir
26 noviembre 2024
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11)
En aquel tiempo, como algunos hablaban del
templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos,
Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días
en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a
ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo: «Mirad
que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o
bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias
de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso
ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía: «Se alzará pueblo
contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en
diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes
signos en el cielo».
Palabra del Señor
Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Mirad no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”.
El Papa Francisco comentando este texto afirma que es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: “¡No los sigan!”. “¡No los sigan!”. (S.S. Francisco, Ángelus del 17 de noviembre de 2013).
Es cierto, que la Paz tarda en llegar y la tierra tiembla bajo nuestros pasos. La guerra y los conflictos no cesan de desgarrar nuestro mundo y hemos de reconocer que el corazón del hombre está enfermo.
El fin del mundo, el fin de esta manera "enferma" de vivir acabó
en aquella hora cuando murió el Hijo de Dios. Y empezaron los cielos nuevos y
la tierra nueva.
A nosotros nos toca vivir este tiempo de la espera como tiempo del
testimonio y de la perseverancia, tiempo para reconstruir el mundo y
reconstruir la esperanza.
¡A construir hermanos, que ya son muchos los que destruyen con sus comentarios, quejas y críticas!
Seamos instrumento de paz y bien para los demás.
¡Paz y Bien!
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