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martes, 5 de noviembre de 2024

        EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA. 

FRAY MANUEL DÍAZ BUIZ, ofm

 Invitados al banquete de la vida

04 noviembre 2024


 Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,15-24)

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!» Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya está preparado." Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir." El criado volvió a contárselo al amo. Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: "Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos." El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio." Entonces el amo le dijo: "Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa." Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete.»

 Palabra del Señor

 

 Toda una provocación la que hace Jesús en esta parábola ante las excusas de los hombres a la invitación de Dios: ¡Recoger a la gente de las plazas para llenar la sala de bodas!Todo está preparado, pero los viejos amigos, los conocidos, los parientes, se han mostrado sordos a su invitación ¡Dios se queda solo y con la mesa puesta!
Vaya desprecio que le hacemos a Dios los que decimos creer en Él, los que estamos cerca de Él ¿Y qué va hacer Dios? ¿Va a apagar las lámparas? No. Dios manda buscar a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos. 

Nadie está excluido de la fiesta porque en la casa de Dios la mesa estará siempre puesta para todo el mundo. La humanidad a la que Dios invita a las bodas no es una humanidad de ensueño, es la humanidad de los “Zaqueos”, los “Mateos”, las “Magdalenas”, los “ciegos de Siloé”, los “paralíticos de Cafarnaúm” y las “samaritanas” y las “adúlteras perdonadas”.

 

Y la alegría que produce esta mesa no será fruto de la exuberancia ficticia y sin futuro de las cenas de negocios sin alma. La alegría será a la medida del asombro de encontrarse ahí en la sala de bodas, a pesar de nuestros defectos y de nuestras miserias. 
Hasta ahora nuestro lugar de vivir eran las plazas y las calles, los senderos y los callejones sin salida, invitados a la mesa eucarística, Jesús nos introduce en nuestro verdadero lugar, en nuestra verdadera morada: Cristo nos ha "elevado", nos ha arrancado de nuestra mediocridad y nos ha educado en las costumbres del Reino. 

Señor Jesús, haz que nuestra oración por todos los afectados y las víctimas de esta Dana, no cese. Haz que seamos valientes en tomar decisiones que nos lleven a embarrarnos, a estar junto a la gente, a echar una mano, a llevar adelante campañas de todo tipo, a clausurar nuestras agendas tan repletas de “banquetes” de gente que seguramente nos invitará después a los suyos, para estar disponibles para lo que haga falta.

Señor Jesús, haz que seamos valientes y pongamos por encima de todo a los demás, especialmente a los demás más sufrientes y necesitados, a los más devastados y olvidados, a los que ya no tienen fuerzas para seguir. Haznos tú en medio de tanta tristeza, tanta destrucción y tanta rabia. Haznos bienaventurados tuyos en medio de tanto barro que ahora hay que moldear y volver a empezar de nuevo. Así te lo pedimos. 
Que Santa Angela de la Cruz, experta en acoger a los más pobres para invitarles al banquete De Dios interceda por nosotros. 

 ¡Paz y Bien!

 

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