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jueves, 20 de febrero de 2025

        EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA.

 FRAY MANUEL DÍAZ BUIZA, ofm

 Reconocer al Hijo de Dios en el Cristo pobre y crucificado

20 Febrero 2025


 Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8,27-33)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron: «Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?».

Tomando la palabra Pedro le dijo: «Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor

 

En Cesárea, el grupo de los discípulos se coloca ante Jesús. La curación del ciego da su fruto, y Pedro reconoce en Jesús al Cristo. La multitud sólo había llegado alcanzar una parte de la verdad: veía en Jesús a un profeta. Pero Elías y Juan Bautista pertenecen al pasado, mientras que Jesús viene del futuro. Jesús levanta sin miramiento el velo: "el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho..." Esta es la misión por la que se reconoce a Jesús: sólo a través del sufrimiento entrará en la gloria del Reino. Gracias a Cristo, la cruz ha venido a ser la fuente de la cual emana todo tipo de gracias y bendiciones para todo el que quiera creer: ¡El instrumento de muerte ha pasado a ser el vehículo que nos da la libertad y la vida.

Pedro, entonces, se resiste, tampoco su profesión de fe, por auténtica que fuera, era perfecta. Esta vez se ha salido de su puesto de discípulo para ir a colocarse por delante de Jesús, que tiene que hacerle volver al lugar que le corresponde: "Quítate de mi vista, Satanás". Pedro necesita profundizar aún más su fe; tiene que aprender que, para hablar debidamente de Jesús, no basta con decir de Él algo que sea verdadero, ha de esperar a la resurrección. Entonces comprenderá a la persona de Jesús y su mensaje: entonces podrá dar testimonio.

¡Paz y Bien!

 

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