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domingo, 23 de noviembre de 2025

        EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA

FRAY MANUEL DÍAZ BUIZ, ofm

 Fiesta de Cristo Rey:

 Reinar sirviendo, reinar Amando

23 noviembre 2025


Lectura del santo evangelio según san Lucas (23,35-43)

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo».

Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Palabra del Señor

 

Por si a estas alturas de la revelación de Jesús alguien pudiera tener una idea equivocada sobre Dios, Jesús hoy acaba de descorrer el velo que nos ocultaba a Dios y nos da una última clave, definitiva, para saber cómo piensa, por qué lo hace y qué es lo que espera de nosotros Dios. 

Con el fiesta de Cristo Rey llegamos al final del año litúrgico y recordamos que también llegará un día en que Cristo volverá a la tierra en toda su gloria como lo prometió  y acabará de poner todo en su sitio. 

En esa hora Dios nos va a medir a todos por el mismo rasero: el amor que le hayamos tenido. Y si alguno desorientado pregunta a estas alturas ¿dónde está el Señor para amarlo? o, ¿cómo se le puede expresar su amor? Dios va y se identifica con los más necesitados de amor, con los que nadie quiere, con todo lo que el mundo pisotea y nos dice: ama a éstos y, en ellos, me estarás amando a Mi. 

Con esta clave ya sabemos si estamos o no en camino, si podemos encarar el último día con la frente alta o con el corazón mordido por el miedo. 
El Reino de Cristo es reino de amor, Y así lo reconoció el buen ladrón un moribundo reconoce en otro moribundo al Hijo de Dios y sus distintivos son fáciles de entender: la cruz como trono, una jofaina y una palangana como cetro y una toalla como manto real. Así reina Dios, SIRVIENDO. Y así, y no de otra manera, nos quiere ver Dios a nosotros sus hijos, sirviéndonos los unos a los otros. 

¡Viva Cristo Rey!

¡Paz y Bien!

 

 

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