Recemos a San Cayetano, Padre de la Divina Providencia
EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA.
Sor Mª Ángeles Martínez, OP
Monasterio Inmaculada de Atacama, Copiapó – Chile
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús se retiró a la
región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a
gritarle: «Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio
muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela,
que viene detrás gritando».
Él les contestó: «Solo he sido enviado a
las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo: «Señor, ayúdame».
Él le contestó: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los
perritos».
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las
migajas que caen de la mesa de los amos».
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra de Dios.
Del Diario de Santa Faustina 1452
"No tengas miedo, niña Mía, no estás sola, lucha con valor porque te sostiene Mi brazo; lucha por la salvación de las almas, invitándolas a confiar en Mi misericordia, ya que ésta es tu tarea en ésta y en la vida futura". Después de estas palabras comprendí más profundamente la Divina Misericordia. Será condenada solamente el alma que lo quiera, porque Dios no condena a nadie”.