EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA.
FRAY MANUEL DÍAZ BUIZA, ofm
Ver con claridad
19 Febrero 2025
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,22-26)
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos
llegaron a Betsaida.
Y le trajeron a un ciego pidiéndole
que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «Ves algo?».
Levantando los ojos dijo: «Veo hombres, me
parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los
ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.
Palabra del Señor
Esta vez, Jesús realiza una curación ¡por etapas! Como primer paso, unta con saliva los ojos del ciego, (la saliva era apreciada por su virtudes curativas) y le imponen las manos; después vuelve a ponerle las manos, esta vez en los ojos. ¿Qué nos quiere decir Jesús con esta curación?
Esta curación del ciego de Betzaida, es un símbolo que dice mucho al cristiano de hoy, porque vivimos la misma situación de éste ciego. A veces pensamos que por el simple hecho de realizar prácticas religiosas, de asistir a la Eucaristía, o hacer ejercicios de piedad, ya vivimos libres de cegueras. El cristianismo está lleno de hombres y mujeres ciegos, que queriendo ver no vemos claramente la novedad de la propuesta y de la acción de Jesús y sólo nos contentamos con que la fe vaya resolviendo nuestros problemas: «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Y en cambio, hay que dar un paso más, tal como sucedió con el ciego de la curación, la conversión apunta más alto, a una fe activa, madura y responsable que nos haga ver con claridad cuál es el proyecto de Dios para cada uno de nosotros: “estaba curado y veía todo con claridad”.
¡Paz y Bien!
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