NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Día 8
Treinta días de oración a la Reina del Cielo
Flor del 10 de mayo: Virgen digna de alabanza
Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.
Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a El. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia.
EVANGELIO Y REFLEXIÓN DIARIA.
FRAY MANUEL DÍAZ BUIZA, ofm
¿También vosotros queréis marcharos?
10 Mayo 2025
Lectura del santo Evangelio segun san Juan (6,60-69)
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oirlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes
no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie
puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.»
Desde entonces, muchos discípulos
suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a
quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos
que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
Palabra del Señor
Del Diario de Santa Faustina, 445
Al venir a la adoración, en seguida me envolvió un recogimiento interior y vi al Señor Jesús atado a una columna, despojado de las vestiduras y en seguida empezó la flagelación. Vi a cuatro hombres que por turno azotaban al Señor con disciplinas. El corazón dejaba de latir al ver esos tormentos. Luego el Señor me dijo estas palabras: Estoy sufriendo un dolor aun mayor del que estás viendo. Y Jesús me dio a conocer por cuales pecados se sometió a la flagelación, son los pecados impuros. Oh, cuanto sufrió Jesús moralmente al someterse a la flagelación.